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Contos-->CONSUELO Y LA VOZ DE LAS COSAS -- 16/09/2016 - 02:49 (MARIA CRISTINA DOBAL CAMPIGLIA) Siga o Autor Destaque este autor Envie Outros Textos

CONSUELO Y LA VOZ DE LAS COSAS


La tarde afuera era toda de sol. Las hojas como puntillas se recortaban en el suelo y aquella casa enorme, mansión tan difícil de limpiar parecía tragar a Consuelo para que demorara a salir, a tal punto le parecía eso a ella que a veces las tareas más fáciles de limpieza que le tocaban, parecían no terminarse nunca... Eran siete empleados además de la cocinera que ya tenía dieciocho años en la casa y el chofer del patrón, que solo lo servía a él, y hacía más de veinte años que trabajaba allí.

Era lejos la casa de Consuelo, pero igual le convenía ese trabajo porque pagaban más que en casas comunes: aunque tenía que transportarse por casi dos horas de ida y dos horas de vuelta, y tenía que permanecer en el local por ocho horas cada día, no quería dejar. Le convenia el sueldo.

Daniel, "el chiquito" como le decían en la casa, la seguia durante las tareas. Se había conectado con ella desde el primer día de trabajo, ahora ya hacían dos años y el niño tenía seis.Ella sentí por el chico un cariño especial, y aunque era "el hijo de los patrones" lo que sentía por el niño parecía ser recíproco y porahora no veía motivos para no corresponderlo.

En realidad lo único que hacían era conversar. Mientras Consuelo hacía las tareas, fregando objetos de plata, arreglando camas, pasando aspirador y sacudiendo alfombras, además de lavar algunos baños de aquel palacio, Daniel la acompañaba y hablaba de todo tipo de cosas que le habían llamado la atención. Veía a Consuelo como su "tabla de salvación" para dudas y complicidades. Cuando la madre venía a interesarse por él, pasando por arriba de la nodriza que tenía a cuatro para cuidar (dos eran mayores que Daniel y uno, realmente chico, que tenía apenas tres años) y que sabía que Daniel se conectaba tan bien con Consuelo, por lo tanto lodejaba a la deriva...Y la madre entonces, cuando permitida por sus numerosas acciones sociales y salidas consumistas, cuando lo veía pasar mucho tiempo al lado de Consuelo, le cobraba que fuera a hacer sus deberes, o a jugar afuera, o a cualquier cosa quelo alejara de la empleada, con el pretexto de que "la estaba molestando y distrayendo del trabajo", pero en realidad eso sonaba bastante a un celo de madre despreocupada...

Un día Daniel le trajo a Consuelo, al baño donde ella limpiaba una bañera, un muñeco de loza muy extraño que él encontrara en el amplio jardín de la mansión.
El muñeco estaba algo maltratad por el tiempo y la intemperie, se veía que hacía mucho tiempo que había sido olvidado y había sufrido con la lluvia y el sol... al mirar aquel objeto siniestro Consuelo paró de hacer lo que hacía y sorprendió a Daniel con su reacción de susto... "que ojos malvados tiene ese muñeco, que feo es, Dani... de dónde lo has sacado?" exclamó...
Tras las explicaciones del chiquillolo volvió a mirar, y percibió que el rostro del muñeco realmente ahora expresaba algo: estaba malo por su comentario, y ella no conseguía entender como eso había sucedido.
"Los ojos de ese muchacho me miran, Dani, sácalo de aqui...", le pidió.
"Claro que te mira, sí, Consuelo : él está vivo...yo lo escuché hablar en el jardín y entonces lo descubri atrás de una montaña de arena donde nadie va, ni el jardinero"
"Ay, no me asustes muchachito, sacá ese muñeco de aqui...""Vete!"

Daniel salió del baño llevándose a su nuevo amigo y Consuelo escuchó "chau" en la voz del muñeco...Daniel paró y dijo: "viste, él habla Consuelo..." y salió del baño perdiéndose por la casa.

Después de terminada su obligación aquella tarde, Consuelo fue al cuarto de Daniel enbusca de aquel juguete demal gusto. Abrió la puerta del cuarto antiguo y alto donde Daniel dormia, y vió al muñeco sobre uno de losestantes de roble. Se acercó despacio... Ahí estaba el siniestro mirándola con ojos fijos y cara de enojado, pero esta vez no le dijo nada, y ella un poco asustada, sin entender como había tenido coraje de entrar a ver aquel objeto sola, se retiró del cuarto. La sensación de mirada viva continuaba, él realmente la miraba! Pero no había dicho nada, ya era un alivio.

Algunos días pasaron y el muñeco parecía habersido olvidado por Daniel, y Consuelo no quería recordarlo, aunque tenía una sensación de curiosidad muy grande en relación a lo que le había pasado, no tenía intención de revivir esa "cosa" y mucho menos de buscar explicación.

Los meses pasaban muy rápido. ahora el sol era presente todos los días, el frío de julio y agosto había pasadoy se venía sospechando que realmente acontecería la primavera. "Menos mal",pensaba Consuelo.

Aquella tarde al limpiar una de las ventanas en el corredor que llevaba a los cuartos, ahí estaba el extraño. Tirado junto a la cortina de lino. Se miraron como siempre y entonces Consuelo decidió sostener la mirada, un poco por porfiadez, otro poco para comprobarse a si misma que tenía unas ideas muy ajenas a la realidad, porque era obvio que aquel uñeco de nariz raspada y cara sucia, con ojos de vidrio o algo por el estilo, no la miraba... Pensó en Dani mientras fitaba la cara sucia del muñeco aún en el piso, pensando en recogerlo y llevarlo al cuarto del chico. El muñeco hizo una mueca como cuando decimos: "hummm"... y entonces Consuelo sintió las manos que le temblaban.
Agarró la cosa con firmeza y sin mirarle los ojos la llevó al cuerto, lo acomodo en el estante y se dirigió a la puertapara cerrarla deuna vez y entonces escuchó : "está muy solo"...

La pobre muchacha ahora temblaba también en las piernas pero no sabía bien como había conseguido salir rápido del cuarto y cerrar la puerta, a pesar de la frase congeladora...
"Está muy solo..."...."Está muy solo.." pensaba en las palabras y obviamente que solo las asociaba con Daniel. Pero... escuchar la voz de un muñeco... era realmente la voz del muñeco, eso era seguro... Además Daniel había dicho que también lo escuchaba...

Pasaron algunos días. Vonsuelo hora oía la voz de otros objetos. Objetos que hablaban y nadie se daba cuenta. Un jarrón antiguo cn flores pintadas, que parecía una obra de arte o algo como eso que la gente rica busca en galerías o museos... siempre lo admiraba, pero entonces ahora él le hablaba a ella. No era siempre. Cuando entonces empezó a perder el miedo de lo que le estaba pasando, decidio empezar a hablar ella con los tales de quienes oía las voces. Pero cuando ella les hablaba ellos no respondían. Cosas normales, al fin y al cabo las cosas no hablan...

El muñeco viajó en las vacaciones con Daniel para otro país. Quedaría sin ver al chico por casi un mes, lo extrañaria, y él a ella, pero sería un tiempo de descanso... inclusive porque los patrones, bastante distantes y descomprometidos con los problemas de los empleados, pero rígidos en lo que exigían, alejándose dejaban espacio para que las tareas de todos los empleados no se realizaran con tanto detalle, podrían soltar un poco las cadenas de tantas horas diarias de trabajo y de muchas ocupación con bobadas...
Las cosas seguían con sus voces. Ahora la bañera, la de uno de los cuartos de huéspedes que habían en la mansión...un día apareció Consuelo con sus zapatillas viejas, había lavado las mejores que tenía y entonces sefué a trabajar con unas viejas zapatillas de color rosado, que realmente estaban gastadas y con sus suelas bastante torcidas. La bañera empezó a reirse y le dijo "me río de tus zapatillas..."
Todo eso que le estaba pasando no podría ser comentado con nadie, porque sin duda iban a decir que ella estaba loca. Tenía tres hijos para alimentar, y más ahora que su marido estaba enfermo, hacía unos tratamientos en el hospital que lo apartaban del trabajo de albañil, y además de la tristeza que alos dos les tocaba vivir, porque la enfermedad no tenía cura, existía la preocupación de que ella era quién alimentaba realmente a la familia... No : sin duda no contaría a nadie eso de que las cosas hablaban con ella. Mientras consiguiera mantenerse como si nada estuviera pasando, así lo haría. Si descubrieran, los dueños de lacasa la iban a despedir, porque no iban a dejar que una mujer loca se les metiera en la casa, conversara con sus hijos y tal vez contaminara a todos los otros empleados... porque estos ricos "siempre piensan que lo peor es el contagio", pensaba ella.

Pero las cosas empeoraron cuando empezó a percibir que los pensamientos que tenía a veces eran leídos por los objetos, que entonces le decían algo sobre lo que estaba pensando...

Cuando Daniel volvi[o de las vacaciones, estaba diferente : un mes sin ver al chico lo había cambiado bastante. En esa fase de la vida, es así, pensó Consuelo . "Después nos volvemos disimulados pero en verdad, no cambiamos, seguimos siendo lo que nos enseñaron o aprendimos a ser... y así fingimos ser otra cosa si necesario..."
Todo eso pensaba Consuelo mientras viajaba en los dos ómnibus volviendo a su casa.

Cuando iba al trabajo no : no conseguía viajar en sus ideas y pensamientos porque tenía miedo de dormirse, o de pasar de la parada... eso sería fatal... entonces buscaba poner su atención al horrible viaje, porque a veces iba parada, no conseguía un asiento en el omnibus que llevaba casi una hora : y ese erasolo el primer coche Aún le restaba otro, casi cincuenta minutos...

Pero entonces deciamos que ella percibió en Daniel el inicio del crecimiento ... para la adolescencia. Ella sabía que ahora con siete años aún faltaba bastante para volverse adolecente, pero sin duda el camino había dado sus primeros pasos.
Daniel parecía un poco más apartado de ella,naturalmente y por cuenta propia parecía no preguntarle tantas cosas y no mantenerse tan apegado a ella...pero para su sorpresa, le trajo una tarde el muñeco , el "siniestro" como ella lo había nombrado... "El Siniestro parece más real ahora... no?" dijo ella, quedándose de boca abierta por percibir que el muñeco la miraba de aquella forma "con ojos vivos, reales..." La cuestión fue que Daniel le preguntó: "como sabes que se llama Siniestro si le puse yo este nombre allá a él..? Al principio Consuelo pensó en discutir eso con Daniel: "quién le puso ese nombre fui yo, tú dijiste que no , no te gustó...

Pero no. Consuelo tenia ahora más cosas con que preocuparse, como por ejemplo: las cosas que hablaban, muchas de ellas, no tenían ninguna simpatía por Daniel... pero eso Consuelo encaraba como algo normal: en general los chicos con esas edades no son muy sociables.. por fin, decidió no decirle nada por ahora a Daniel... y se preguntaba si el Sinistro le seguiría hablando a él ...

La cuestión de las zapatillas la dejó mal : si la bañera se había dado cuenta de que las zapatillas estaban muy viejas, era porque todos se darían cuenta, y entonces aunque nadie le dijera nada, a ella le estaba dando verguenza, ya le daba.

Pero cuando rezongó con la bañera la misma ya no le decía nada... entonces solo la había dejadoun poco humillada, así se sentía. Percibía que sus joanetes se parcaban en aquel paño rosado viejo que formaba el pié de la zapatilla, y un lado en su pié derecho estaba casi agujereándose debido al hueso del joanete que parecía querer salir... menos mal que aún no había un agujero...

Su angustia con eso de escuchar las voces de objetos quem aclaremos, solo le pasaba en la mansión, era algo incomodador.Desconfortable y extraño. "Las cosas hablan!" se repetía...

Hasta que un día, creo que ayer, de repente Consuelo me enfrentó. A mí, que escribia sobre ella. Me encontró metida en su historia y vino a quejarse... y como no supe qué decirle, porque no podría explicarle en pocas palabras como hacemos los escritores.. y que en verdad, los personajes son más vivos quenada y tienen vida propia... pero no me animé a decirle eso a ella así... Podría pensar que estaba marginal pero no seria verdad... Ella ya existía antes de haberempezado a escribir su historia, y de eso sale también que entonces, como no supe o no pude responderle por qué con ella pasa eso, aqui la tenemos lector: frente a usted, a mí... mirándonos de frente y queriendo explicación que no sé como dar...
"Es fácil meterme en esto y no sabercomo sacarme..." me dice. Les pido ayuda a los lectores, le dije... y entinces aqui está ella, mirándonos de frente a los dos, como si fuera el Siniestro con los ojos de vidrio que no son ya de vidrio...
Ella nos pregunta : por qué tengo que aguantar el habla de las cosas? Y yo no tengo como decirle nada...
Para empeorar, entonces, se enoja dice que se termina por aqui, aunque yo sepaque eso la dejará prendida a este cuento y tal vez con suerte en algún momento se encuentre ella con la explicación en otro cuento... porque saliendo del problemasin esperar que algún lector la ayude, la dejará realmente presa por aqui...

Antes de irse, me mira, los ha mirado a ustedes y nos dice : "les aseguro que las cosashablan.Si ustedes aún no han escuchado, esporque no tienen casi sensibilidad, o no saben escuchar, porque vuelvo a insistir en que son impertinentes, los objetos nos encuentran y cuando quieren ellos hablan!"

FIN por ahora. Espero que el lector pueda encontrar a Consuelo un día y ayudarla, o entonces, que escuchemos realmente lo que nos dicen las cosas...



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