Cuando estoy contigo
las horas no existen,
la lluvia detiene
su propio destino
de agua, de vida,
y nada más pasa
pues estás conmigo.
El mundo aquieta
su andar cansino,
sus vueltas, su ritmo,
y espera que digas
aquello que sientes
y solo desean
escuchar mis oídos.
Nada es importante,
solo estar contigo,
mirarme en tus ojos,
saber que respiro
ese mismo aire
que también respiras,
y veo tu boca, tus labios,
temblando en silencio,
diciendo que quieren
beber de mis besos.
Y cuando ese momento
tan mágico, tan nuestro,
se acaba, termina,
te llevo en mi alma,
en mi pecho, en mi vida,
esperando que vuelvas
el próximo día. |