Siniestros paisajes
sin luz ni color,
esconden imágenes,
donde el cielo muestra su dolor.
El alma acalla
un grito letal,
buscando la calma
de aquel camino claro, que perdió.
El corazón sin sangre
clamando perdón,
que salve el pasaje
a una noche oscura, sin tu amor.
No existen palabras
que borren el mal,
que agitan las aguas
de mi vida, que se hunde en un mar.
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