Mi mente decide lo que dicen mis labios,
mi mano escribe lo que dicta el corazón
con palabras reniego lo que amo,
con mis versos expreso lo que siento.
¡Qué paradoja sin salida!
¡Qué opuestos, mente y corazón!
¡Qué razón sin razón!
Caigo y me levanto,
lo opuesto y lo cercano,
acercarme y alejarme,
oscuridad y luz,
estructura y sentimiento,
todo en un instante eterno,
explosión del Universo,
estallido del alma,
mente y corazón destrozado,
propio y ajeno.
¿Es así la vida? ¿Es así?
¿Cómo salir de esta paradoja?
¿Cómo salir de esta inmensidad?
¿Cómo lograr el equilibrio?
¿O es el desequilibrio, la regla?
¿O todo blanco o todo negro?
¿Y los colores, donde están?
¿Cómo encontrarlos?
¡No hay salida!
¿No hay salida?
¡Qué difícil pregunta!
¡Qué difícil respuesta!
Sin respuesta de la mente,
pues solo el corazón la conoce.
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