Los golpes penetran, lastimando profundo,
la carne duele, en jirones, desgarrada,
las palabras abren heridas, difíciles de curar,
la mente grita su impotencia, obsesionada.
En el silencio doloroso de una noche helada,
el sueño se escapa, aterrado, el alma vencida,
y destruye mi cuerpo, cayendo al vacío,
bajando mi vida al Infierno, no encuentra salida.
Momentos, soledad, soledad y silencios,
minutos, horas y días, vacíos de todo sentido,
esperas desesperadas, esperan calladas,
espacios de tiempo, en tiempos perdidos.
Simples y complejas circunstancias se conjugan,
una partida, un instante, un regreso sin tiempo,
bajando los párpados, cerrando mis ojos,
se despedaza la vida, mi vida, sintiendo.
El latido del corazón, fallando latidos,
no encuentra respuestas, se hunde en soledad,
angustias que generan lágrimas apagadas,
invisibles a los ojos indiferentes de los demás.
Sin vueltas, sin retorno, sin comienzo ni final,
todo parece acabar, terminando en nada,
una rueda que tritura todo a su paso,
destruyéndome de a poco, comienza y acaba.
Vivir transforma todo en perverso dolor,
y el dolor invade, no cesa, golpea el alma,
el golpe es tan duro que alcanza y lastima,
y, sin poder evitarlo, por la herida, la vida escapa.
El tiempo no transcurre, dejándome el frío,
se queda, no pasa, en mis lágrimas te busca,
me quedo solo, en el hielo del silencio,
con días y noches, esperando, sin soles ni lunas.
Soledad de un hombre, solo, callando sentidos,
silencios que acompañan como hermanos,
las manos vacías, ya no dibujan el aire,
el aire se apaga, quedando desdibujado.
El alma no puede salir de la tormenta,
y se transforma en tormento refinado,
esperando el momento que no llega,
desesperando en soledad, solo y angustiado.
Morir, vivir, morir, es solo uno, y uno solo,
de la degradante muerte, de ella, solo, no salgo,
sabiendo que la espera no llega a su fin,
sintiendo que se escapa mi vida de las manos.
El tiempo se transforma en melancólica realidad,
no puedo atravesar muros, estallan mis sentidos,
no se apaga el fuego, me consume lentamente,
y camino hasta encontrar el final de mi camino.
No logro reunir los pedazos de mi vida,
no encuentro pasajes, no encuentro salidas,
no brilla una luz, en el próximo lejano tiempo,
oscurece la esperanza, se oscurece mi vista.
Hacia donde mire, crece la desesperación,
sintiendo que se cae mi mundo a pedazos,
sabiendo que solo queda una espera inevitable,
pero solo me queda esperar, desesperado.
Tiemblan mis manos, tiembla mi pecho,
la lluvia helada de mis ojos cae al vacío,
solo, absoluta y terminantemente solo,
las palabras enmudecen en mis labios.
Ya no hay nada que decir, solo esperar,
no es posible recuperar el equilibrio perdido,
mi mente afiebrada, extraviada, escapó de mí,
solo, con mis miedos, espero, callo, deliro.
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