No sé como comienzan estos versos,
y menos aún como terminan.
Siento que tiemblan mis manos,
y lo mucho que escribirlos, me lastima.
Estoy solo, y quiero estarlo,
hoy no soporto ninguna compañía,
de hombre, de mujer o de familia,
para beber este dolor que me aniquila.
Mis ojos están llenos de lágrimas,
que los demás no perciben todavía.
Me horroriza saber que siempre pierdo
lo que amo, porque no sé vivir mi vida.
¿En qué oscuros abismos me he hundido?
¿Tras que murallas, sin quererlo, me he encerrado?
¿Cómo termino con las culpas que me achaco?
Si a ellas, como amigas, estoy acostumbrado.
¿Porqué siento que de ésta ya no salgo,
aunque muchas manos intenten ayudarme?
Y si a otros parece fácil la salida,
yo me hundo, sin dejar de lastimarme.
Peleo tantas batallas sin sentido,
y ataco y me defiendo en acciones sucesivas,
sabiendo, de antemano, que lastimo
a todas mis personas más queridas
No quiero sentir lástima de mí mismo,
ni culpar a otros por lo que me pasa.
Las elecciones que hice en mi camino,
son las que me otorgan esta carga.
|