Camino tu cuerpo, con manos de niño,
bebiendo en tu pecho el dulce latido.
Tus labios me dicen que todo comienza,
en besos de luna, comienza mi vida.
Ellos preguntan, con versos de niño,
si tengo en los míos, la misma caricia.
No pienso en ello, si estoy en tus brazos.
No pienses, mi vida, tu vida es la mía.
Mis sueños te sueñan, con sueños de niño,
soñando en tus ojos aladas criaturas.
La noche se extiende, sentida en tu piel,
quebrando el silencio de dulce ternura.
Mi boca, rozando, con besos de niño,
tu rostro cercano, amado, querido,
sintiéndote cerca, escapan mis miedos,
y vuelve la risa, mi risa de niño.
|